¿Qué significa el acuerdo sobre los cereales del Mar Negro para África?

Si Rusia mantiene el acuerdo que ha firmado con Ucrania y que permite la reanudación de las exportaciones de grano, se proporcionará un alivio muy necesario a los países importadores, incluidos muchos de África.

El alivio sería importante, ya que Ucrania tiene unos 22 millones de toneladas de grano (trigo, maíz, semillas de girasol y otros granos) en silos. No ha podido enviarlos a los mercados de exportación debido a la invasión rusa, que interrumpió la infraestructura y los ataques a los barcos que transportaban las mercancías.

Ucrania es un actor notable en el mercado mundial de exportación de cereales y oleaginosas. Y, por tanto, el bloqueo de las exportaciones ha contribuido al notable aumento de los precios de los productos básicos agrícolas observado desde el inicio de la guerra.

El objetivo del «acuerdo sobre cereales», firmado entre Kiev y Moscú el 22 de julio de 2002, era cambiar esta caótica situación. En virtud del acuerdo, Rusia se comprometió a no atacar a los buques cerealeros en la región del Mar Negro. Pero esta promesa no duró mucho. Menos de 24 horas después de la firma del acuerdo, misiles rusos atacaron el crítico puerto ucraniano de Odesa.

Es probable que el ataque socave el acuerdo, un esfuerzo multinacional para evitar la crisis alimentaria mundial. Además, los comerciantes de cereales podrían ser reacios a participar en la zona si la consideran demasiado arriesgada. Esto acabaría por frustrar el acuerdo.

Pero si Rusia cumple su palabra, los beneficios serán inmediatos. Los precios de los cereales podrían reducirse al haber más suministros de grano en el mercado mundial. En general, esto sería una buena noticia para los consumidores, especialmente los que viven en países pobres en desarrollo.

La posible disminución de los precios se sumaría a un panorama ya positivo de los precios mundiales de los cereales, que han bajado desde los niveles récord observados en semanas posteriores a la invasión de Rusia en Ucrania. Por ejemplo, el índice mundial de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que mide la variación mensual de los precios internacionales de una cesta de productos alimentarios, bajó un 2% en junio de 2022 con respecto al mes anterior. Este fue el tercer descenso mensual.

Aun así, ha subido un 23 por ciento en términos interanuales, lo que significa que el reciente acuerdo y la posible reanudación del comercio supondrán un alivio muy necesario para el mercado de los cereales.

No obstante, es probable que el impacto del acuerdo en los precios de los cereales sea marginal. Es poco probable que los precios de los cereales vuelvan a los niveles anteriores a la guerra. Una serie de factores habían hecho subir los precios agrícolas en los dos años anteriores al conflicto. Entre ellos, la sequía en Sudamérica, África Oriental e Indonesia, y el aumento de la demanda de cereales en China, que ha pesado sobre la oferta mundial de cereales.

Consecuencias para África

El posible descenso de los precios y el aumento de la oferta como resultado del acuerdo entre Rusia y Ucrania probablemente beneficie a todos los países importadores y a los consumidores a medio plazo.

Esto supone que el acuerdo se mantenga, y que las compañías navieras empiecen a recibir pedidos y a transportar los cereales.

Desde el punto de vista africano, el continente importa anualmente productos agrícolas por valor de unos 80.000 millones de dólares, principalmente trigo, aceite de palma y semillas de girasol. La factura anual de las importaciones de alimentos de la región del África subsahariana es de unos 40.000 millones de dólares al año.

Por lo tanto, aunque sea marginal, un posible descenso de los precios de estos productos básicos sería positivo para los países importadores y, en última instancia, para los consumidores.

Es importante destacar que África importa de Rusia 4.000 millones de dólares en productos agrícolas, de los cuales el 90% es trigo y el 6% semillas de girasol. Los principales países importadores son Egipto (50%), seguido de Sudán, Nigeria, Tanzania, Argelia, Kenia y Sudáfrica.

Asimismo, África importa de Ucrania productos agrícolas por valor de 2.900 millones de dólares. Aproximadamente el 48% de esta cantidad corresponde a trigo, el 31% a maíz y el resto a aceite de girasol, cebada y soja.

La reanudación de la actividad comercial permitiría sacar de Ucrania unos 22 millones de toneladas de cereales. También es seguro que aumentarán los pedidos de grano de Rusia a varios mercados del mundo.

Los mayores importadores de trigo de África serían los más beneficiados por la reanudación de los envíos desde los puertos ucranianos. En términos más generales, la disminución de los precios beneficiaría a los consumidores de todo el mundo.

Además, el Programa Mundial de Alimentos podrá abastecerse de alimentos para las donaciones en las regiones africanas con problemas, como África oriental, donde hay una gran sequía, así como en partes de Asia.

No hay que olvidar que los agricultores ucranianos también se beneficiarían. Les preocupa que, sin la reanudación del comercio, sus cosechas se pudran en los silos. El acuerdo supone la esperanza de un cierto alivio, y la perspectiva de crear espacio para almacenar la cosecha de la nueva temporada.

Incertidumbres

Todavía hay mucha incertidumbre en torno al acuerdo tras el ataque ruso con misiles en Odesa. Las discusiones multinacionales serán determinantes para que se reanude el comercio de cereales desde el Mar Negro.

También habrá que establecer medidas para garantizar a los comerciantes la seguridad de su carga.

La dinámica de los precios de los cereales y los posibles beneficios para los países importadores dependerán de esta incierta evolución. Sin embargo, cualquier éxito en las exportaciones de cereales desde Ucrania beneficiará a los países africanos directamente a través de la entrega de suministros físicos – o indirectamente a través de una posible suavización de los precios mundiales.

Wandile Sihlobo es economista jefe de la Cámara de Negocios Agrícolas de Sudáfrica (Agbiz) y autor de «Finding Common Ground: Land, Equity, and Agriculture». Sihlobo es Profesor Extraordinario del Departamento de Economía Agrícola de la Universidad de Stellenbosch. También es investigador visitante en la Wits School of Governance de la Universidad de Witwatersrand.

Referencia: maritime-executive.com

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