La preocupación va en aumento ante las impactantes revelaciones de que los puertos se niegan cada vez más a repatriar los cuerpos de los marinos fallecidos con el pretexto de las medidas contra la pandemia del COVID-19.
Según la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), durante los últimos 15 meses se han producido al menos diez casos en los que los marinos han fallecido por causas no relacionadas con la COVID, y se les ha negado la posibilidad de desembarcar el cuerpo para su repatriación.
«Es evidente que esto se debe más a la incompetencia de los gobiernos para restablecer los sistemas de repatriación de los cuerpos que a la gestión del riesgo Covid-19 para las poblaciones locales», afirma Fabrizio Barcellona, coordinador de la Sección de Gente de Mar de la ITF.
En el caso del MV Ital Liberia, los informes indican que el capitán italiano falleció a mediados de abril tras un brote de COVID-19 a bordo. Después de que al buque se le negara el acceso a los puertos asiáticos, el operador se vio obligado a declarar fuerza mayor para que el buque pudiera regresar a Italia con el fin de repatriar el cuerpo.
«La dificultad a la que se enfrentan las familias de los marinos en sus intentos de repatriar los cuerpos de sus seres queridos es una consecuencia directa de la pandemia. El triste caso del MV Ital Libera es sólo el último ejemplo en el que se niega a las familias la devolución de los cuerpos de estos marinos para darles el último adiós», dijo Barcellona.
Los informes de esta semana han arrojado luz sobre otro incidente preocupante relacionado con el capitán rumano del MV Vantage Wave, que falleció de un paro cardíaco el 19 de abril y al que varios países denegaron las solicitudes de repatriación, a pesar de que el COVID-19 no estaba en juego en su muerte. El buque está bloqueado en el fondeadero chino de Guishan desde el 7 de mayo y sigue esperando instrucciones de atraque y descarga.
Estos incidentes se producen en el marco de la crisis de cambio de tripulación inducida por la pandemia, que se estima que todavía afecta a unos 200.000 marinos en todo el mundo. Según la ITF, el hecho de que los gobiernos no hayan repatriado los cuerpos de los marinos fallecidos refleja la actitud «ignorante» e «irrespetuosa» hacia los marinos durante la pandemia.
«Creemos que la falta de respeto mostrada a las familias de los marinos sobre la repatriación de los cuerpos de los marinos fallecidos proviene de la misma ignorancia demostrada por los gobiernos del mundo que han sido responsables de la miseria y el sufrimiento causados por la crisis de cambio de tripulación», dijo Barcellona. «Debido a las restricciones fronterizas generales de los gobiernos, que impiden a la tripulación salir y unirse a los buques, 200.000 marinos siguen atrapados trabajando a bordo de los buques, sin poder volver a casa al final de sus contratos».
Para los marinos indonesios, las políticas de China con respecto a la repatriación de los marinos fallecidos han sido especialmente perjudiciales para los familiares de los mismos, según la ITF.
«Las familias de los marinos indonesios se han sentido increíblemente afligidas por la política de los funcionarios chinos de bloquear la repatriación de los cuerpos de sus seres queridos, insistiendo los funcionarios chinos en la cremación de los cuerpos y en la devolución de las cenizas únicamente a los países de origen de los marinos. Para algunas culturas y tradiciones religiosas, la política de China de impedir los entierros y el tiempo de las familias con los cuerpos de los marinos fallecidos es excepcionalmente ofensiva», dijo Barcellona
«Tenemos que recordar que se trata de una fuerza de trabajo internacional compuesta por marinos de todas las nacionalidades y confesiones. Parece cruel que los gobiernos traten a las familias de los marinos de esta manera, después de que esas familias hayan entregado literalmente a sus hijos e hijas para realizar este trabajo esencial. Las familias de los marinos merecen más respeto que esto», añadió.
Pero, según la ITF, el problema tiene que ver más con la desorganización de las burocracias que con la gestión del riesgo del COVID-19.
«China, en particular, tiene mucho que responder cuando se trata de su negligencia hacia los marinos internacionales que trabajan en sus costas. China sigue prohibiendo que los marinos bajen a tierra para cambiar de tripulación, y los funcionarios locales impiden cada vez más que los marinos enfermos y moribundos sean hospitalizados, lo que supone una violación directa de la responsabilidad moral de China como Estado portuario», añadió Barcellona.
«Hemos escuchado informes desde China que indican que una de las razones de la política cada vez más dura con respecto al acceso de los marinos a los hospitales se debe a que los hospitales locales están sobrecargados en las regiones que experimentan un aumento del número de casos de coronavirus, como en Shenzhen, cerca de Hong Kong. A los marinos se les dice que simplemente no hay suficientes camas. Se les deja morir en el mar», dijo.
