El Canal de Panamá, a través de su personal de inspección y control, tiene la función de asegurar el cumplimiento del Reglamento de Salud y Prevención de Enfermedades Contagiosas en las aguas del Canal de Panamá.
Estas inspecciones por cuestiones de riesgo de contagio se han realizado durante muchos años y se llevan a cabo en el 100% de los buques que llegan a las aguas jurisdiccionales del Canal de Panamá.
Los controles existentes son:
- El buque debe reportar sus condiciones a bordo, y actualmente lo hace a través de la Ventanilla Única Marítima de Panamá (VUMPA). En caso de incumplimiento y/o dar información falsa, está sujeto a sanciones y/o restricciones.
- El Operador del Canal de Panamá embarca y confirma las 9 preguntas incluidas en la Declaración de Salud Marítima a través de un formulario previamente completado en el VUMPA.
- Una vez a bordo, vuelve a interrogar al capitán u oficial a cargo para confirmar que en este momento no hay pacientes a bordo o alguien con síntomas relacionados.
- En tal caso, si hay alguna respuesta positiva, y dependiendo de los síntomas, se concluye que existe la posibilidad de alguna enfermedad relevante, se llama a bordo al MINSA de Salud Marítima, y mientras esto sucede, se prohíbe el embarque y desembarque de personas y se despliega la bandera amarilla, que denota la cuarentena del barco.
- Una vez inspeccionado por el MINSA, se procede en función de los resultados.
Para el caso específico de COVID-19, se han tomado medidas adicionales:
- El barco debe informar al MINSA cuando se produzcan cambios de tripulación en los últimos 14 días procedentes de puertos con casos de COVID-19.
- El operador del Canal de Panamá llama por radio antes de abordar el barco, confirmando nuevamente si todos están sanos a bordo y si han tenido algún cambio de tripulación reciente.
- Se han ofrecido máscaras y gel de alcohol al personal.
- Se mantiene una comunicación permanente con los médicos de Salud Marítima del MINSA.
- El MINSA envió una comunicación a todas las compañías navieras, que las obliga a reportar a cualquiera que tenga síntomas de la enfermedad, sin importar si están o no relacionados con el COVID-19.