El grupo naviero líder Maersk Tankers está invirtiendo decenas de millones de dólares en tecnología digital para acelerar la reducción de las emisiones de carbono en todo el sector, según declaró su director ejecutivo a Reuters.
El transporte marítimo mundial es responsable de casi el 3% de las emisiones de CO2 del mundo, por lo que el sector está sometido a la presión de la limpieza. Cerca del 90% del comercio mundial se transporta por mar.
Maersk Tankers, que gestiona comercialmente la mayor flota del mundo de más de 220 petroleros de productos, ha invertido 19 millones de dólares en los últimos dos años y ha destinado otros 12 millones en 2021 para impulsar el rendimiento de los buques y reducir las emisiones mediante el uso de tecnología digital.
«Hay un ahorro de costes similar por cada tonelada de CO2 que ahorramos», dijo el CEO Christian Ingerslev.
El año pasado, Maersk Tankers puso en marcha la empresa independiente ZeroNorth, que utiliza algoritmos que tienen en cuenta las tarifas del mercado, las condiciones meteorológicas futuras y los precios del combustible para orientar a los operadores sobre la ruta y la velocidad óptimas para su buque.
Hasta ahora, 1.500 buques utilizan la plataforma Optimise de ZeroNorth, entre ellos Maersk Tankers, el comerciante de materias primas Cargill -otro inversor en la empresa- y el grupo naviero danés UltraBulk.
El objetivo de ZeroNorth es llegar a los 6.000 buques en cinco años, lo que se traduciría en una reducción de 9 millones de toneladas de CO2 al año, según Ingerslev.
Jan Dieleman, presidente del negocio de transporte marítimo de Cargill, dijo a Reuters por separado que 500 buques que fleta utilizarán ZeroNorth, lo que permitirá a la empresa reducir su consumo anual de combustible en unas 19.000 toneladas, ahorrando casi 10 millones de dólares al año y reduciendo las emisiones de CO2 en unas 60.000 toneladas.
Se calcula que unos 33.000 buques forman parte de la amplia flota de buques cisterna y de carga seca a granel a la que se dirige ZeroNorth. Estos buques no tienen un calendario de viajes fijo como las líneas de contenedores, sino que navegan por todo el mundo cuando concluyen los contratos de fletamento, lo que aumenta la ineficacia del combustible y las emisiones de CO2.
