Portacontendores: Los vientos podrían no ser tan favorables a partir de 2022

El mercado del transporte marítimo de contenedores nunca ha estado tan activo. Los inversores llegan a montones mientras los beneficios de las líneas navieras alcanzan nuevas cotas. ¿Cuánto tiempo puede durar?, cuestiona un reporte de Drewry.

La progresión de los beneficios operativos trimestrales de las líneas navieras en 2020 fue exponencial, con una duplicación casi total cada de tres meses. Posteriormente, el resultado de final de año fue el mejor rendimiento del sector del que tiene constancia la consultora, con una estimación de US$26.600 millones, con un margen operativo del 13,0%.

¿Cuánto puede durar este ciclo?

La respuesta es que se trata de aguas desconocidas, ya que el sector portacontenedor ha estado acostumbrado históricamente a los márgenes bajos, salpicados sólo por incursiones muy ocasionales en un desempeño significativamente mayor o menor.

Para la consultora, utilizando la historia como única guía, la apuesta inteligente sería pensar que el mercado se enfriará bastante rápido, pero estos no son tiempos normales y en el último informe Container Forecaster de Drewry se argumenta que las líneas están bien preparadas para al menos otros dos años muy rentables.

En todo caso es importante no perder de vista cómo se ha llegado hasta aquí. La enorme inflación de los fletes a partir del segundo semestre de 2020 fue consecuencia de factores temporales; un aumento de la demanda provocado por un cambio de hábitos de consumo hacia bienes impulsado por una pandemia; la interrupción de la cadena de suministro que redujo la productividad de los puertos y restringió la capacidad del mercado

Estos factores pasarán y el riesgo es que, cuando lo hagan, el mercado se enfrente a una realidad aleccionadora.

Sin embargo, estos factores se niegan obstinadamente a desaparecer y el plazo para la «vuelta a la normalidad» sigue retrasándose.

Drewry proyecta que la congestión portuaria y la escasez de contenedores seguirán siendo una característica no deseada durante la mayor parte de 2021, aunque disminuyendo su grado a medida que pasen los meses. Esto restringirá aún más la disponibilidad de capacidad y conducirá a unas tarifas medias de flete spot y por contrato sustancialmente más altas.

Con unas tarifas contractuales más altas, está prácticamente garantizado otro año muy rentable y Drewry cree que el sector volverá a batir récords de rentabilidad en 2021, a pesar de varios vientos en contra de los gastos de operación en forma de mayores costos de combustible y tarifas de fletamento.

Para 2022, si bien Drewry prevé cierta erosión en las tarifas de flete, ya que las líneas navieras perderán el impacto inflacionario causado por la actual interrupción de la cadena de suministro (suponiendo que la normalidad se restablezca para entonces), estima que lograrán mantenerse altamente rentables gracias a las tendencias favorables de crecimiento de la oferta y la demanda, junto con una hábil gestión de la capacidad.

No será tan fácil después de 2022

Un indicador inequívoco de la temperatura que reina actualmente en el sector es la rápida escalada en las órdenes de nuevos buques. Sólo en el cuarto trimestre de 2020, el volumen de nuevos pedidos fue más de tres veces superior al de los nueve meses anteriores y los contratos firmados este año ya superan con creces el recuento de todo el año 2020, con la asombrosa cifra de 1,45 millones de TEUs reservadas en sólo tres meses. Además, hay otros acuerdos muy especulados que aún no se han confirmado.

Tras esta avalancha, el portafolio de órdenes alcanza el 15% de la flota actual. Esta cifra sigue estando muy por debajo de la proporción del 60% de 2008, pero la flota activa es ahora más del doble de lo que era entonces, por lo que los armadores deben recalibrar el tamaño adecuado de sus pedidos.

Para Drewry es comprensible que los armadores (tanto los que operan como los que no) se apresuren a conseguir todos los portacontenedores que puedan encontrar, pero estas nuevas órdenes no llegarán a tiempo para aprovechar la época de bonanza. De hecho, estos buques se encargan como si fueran para hoy, y no por como será el mercado cuando estén listos para ser entregados dentro de 2 o 3 años. Los armadores se arriesgan a pagar mucho dinero por activos que potencialmente acabarán con el actual ciclo ascendente.

Dados los enormes beneficios que las líneas navieras están obteniendo en la actualidad, y que se espera que sigan obteniendo durante al menos un par de años más, resulta tentador decir simplemente: «sigan haciendo lo que están haciendo». Sin embargo, las líneas navieras deben ser conscientes de que han tenido suerte en esta situación, y que las condiciones que la han creado no durarán para siempre.

Finalmente, a juicio de Drewry, las líneas navieras parecen abocadas a un ciclo alcista prolongado y sin precedentes, que les permitirá mejorar su salud financiera, recompensar a los inversores y gastar más. Sin embargo, si continúa la aceleración de las órdenes de buques, existe el riesgo de que se vuelva a un exceso de capacidad que acorte el ciclo.

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