El Secretario General de las Naciones Unidas está preocupado por la creciente crisis humanitaria y de seguridad a la que se enfrenta la gente de mar en todo el mundo. Como resultado de las restricciones de viaje relacionadas con COVID, cientos de miles de los dos millones de marinos del mundo han quedado varados en el mar durante meses. Incapaces de bajarse de los barcos, se está ignorando el tiempo máximo de permanencia en el mar estipulado en los convenios internacionales, con algunos marinos abandonados en el mar durante 15 meses.
El transporte marítimo mueve más del 80% del comercio mundial, incluyendo suministros médicos vitales, alimentos y otros bienes básicos que son críticos para la respuesta y la recuperación del COVID-19.
Esta crisis en curso tendrá consecuencias directas en la industria del transporte marítimo. El mundo no podría funcionar sin los esfuerzos de la gente de mar, pero sus contribuciones no se anuncian en gran medida; merecen un apoyo mucho mayor en cualquier momento, pero especialmente ahora.
El Secretario General hace un llamado a todos los países para que designen oficialmente a la gente de mar y a otro personal marino como «trabajadores claves» y para que garanticen que el cambio de tripulación pueda realizarse con seguridad.
Los organismos de las Naciones Unidas, entre ellos la Organización Internacional del Trabajo y la Organización Marítima Internacional, han colaborado con la Cámara Naviera Internacional y la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte en la elaboración de protocolos para el cambio de tripulaciones, teniendo plenamente en cuenta las preocupaciones en materia de salud pública. El Secretario General exhorta a todos los gobiernos a que apliquen urgentemente esos protocolos, permitiendo que los marinos varados sean repatriados y que otros se unan a los buques.
