Por Nora Buli y Nerijus Adomaitis-OSLO, 11 de junio (Reuters) – Noruega está apostando por el hidrógeno y la energía eólica marina para su transición energética, pero seguirá extrayendo petróleo y gas hasta 2050 y más allá, dijo el gobierno saliente de centro-derecha al presentar su estrategia energética a largo plazo el viernes.
El segundo mayor productor de petróleo y gas de Europa seguirá celebrando rondas periódicas de concesión de licencias, ofreciendo superficies de exploración a las empresas energéticas, dijo el gobierno.
La promesa de Noruega de seguir produciendo petróleo se produce en un momento en el que las empresas energéticas se ven sometidas a una creciente presión de los inversores para que abandonen los combustibles fósiles, como demuestra el hecho de que un tribunal holandés haya ordenado a Shell que actúe de forma más agresiva para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
También va en contra de un llamamiento del principal organismo energético del mundo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), para que deje de invertir en nuevos proyectos de petróleo y gas para el próximo año.
El gobierno prevé que la extracción de petróleo y gas, que convirtió a Noruega en una de las naciones más ricas del mundo, disminuirá de forma natural en un 65% para 2050.
«Facilitaremos una industria noruega del petróleo y el gas orientada al futuro y capaz de ofrecer una producción con bajas emisiones en el marco de nuestra política climática», declaró la ministra de Petróleo y Energía, Tina Bru, en una conferencia de prensa.
HIDRÓGENO Y ENERGÍA EÓLICA MARINA
Aun así, Noruega tiene previsto utilizar la energía hidroeléctrica para reducir las emisiones de su extensa red de plataformas petrolíferas y de gas en alta mar, pero el petróleo no será el motor de la economía que fue en su día, añadió Bru.
El gobierno quiere reforzar la red eléctrica nacional para aprovechar mejor el amplio suministro de energía hidroeléctrica de Noruega, que se enfrenta a una gran demanda tanto de las nuevas industrias en tierra como de las plataformas petrolíferas en alta mar.
«Actualmente se tarda demasiado en planificar y aprobar nuevas instalaciones de red», dijo Bru.
En su empeño por conseguir más energía ecológica, el gobierno también ha dado a conocer un plan de programación para el hidrógeno, prometiendo establecer centros en el ámbito del transporte marítimo y el uso industrial para 2025, e impulsar la investigación.
Noruega también pretende conceder sus primeras licencias de parques eólicos marinos en 2022.
La empresa energética Equinor, controlada por el Estado, debe presentar su propia estrategia la semana que viene, y está sometida a la presión de los accionistas minoritarios que exigen medidas contra el cambio climático y un aumento de las inversiones en energías renovables.
El libro blanco del Gobierno no muestra cómo Noruega puede seguir desarrollando el petróleo y el gas en un escenario en el que el mundo cumpla el objetivo climático de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados, tal y como se establece en el acuerdo climático de París, dijo el Partido Laborista de la oposición.
Los laboristas se ven ganando el poder en las elecciones nacionales de septiembre, y se espera que el futuro de la industria petrolera sea un tema clave para los votantes.
Aunque critican algunas de las prioridades del gobierno, los laboristas también creen que Noruega debe seguir bombeando petróleo y gas, y calificaron el libro blanco como una base sobre la que trabajar, dijo a Reuters el portavoz de energía Espen Barth Eide.
«No creemos que debamos dejar de producir petróleo y gas ahora y dejar que lo suministren Rusia o Qatar, pero tenemos que entender que la demanda bajará… Lo principal es acertar con el mercado y no acabar con activos varados», dijo.
Frode Pleym, director de Greenpeace Noruega, dijo: «Los científicos y la AIE han dejado totalmente claro que no hay espacio para nuevos yacimientos petrolíferos, si el mundo quiere alcanzar su objetivo climático bajo el Acuerdo de París».
«La continuación de las políticas regresivas de Noruega a pesar de esto es profundamente irresponsable».
