Incidente de la vida real: El cambio repentino de piloto y los fallos de comunicación provocan un percance de acoplamiento

Un buque se dirigía desde el fondeadero hasta el atracadero bajo pilotaje. Dos remolcadores le prestaban asistencia; uno de ellos se situaba en la popa y el otro se utilizaba para empujar cuando era necesario.

El piloto se comunicaba con los remolcadores en el idioma local, que el capitán no hablaba. A medida que el buque avanzaba, un segundo piloto (de atraque) subió a bordo y sustituyó rápidamente al primer piloto.

El cambio de piloto se produjo en un momento crítico, mientras el buque giraba en una dársena antes de entrar en el rompeolas.

Debido a esta situación en desarrollo, no fue posible llevar a cabo un intercambio de información entre el capitán y el piloto con el segundo piloto. Cuando la proa del buque entró en la dársena y el remolcador de proa empujaba la proa hacia estribor, el capitán se dio cuenta de que la popa del buque no iba a despejar el rompeolas.

Inmediatamente ordenó que se pusieran las máquinas a toda máquina y que el timón se pusiera a babor, pero estas acciones llegaron demasiado tarde para evitar el contacto con el buque a babor.

Como este rompeolas no tenía defensas, el buque sufrió algunos daños menores en el casco al entrar en contacto. La investigación de la compañía descubrió, entre otras cosas, que el cambio de pilotos en una fase crítica de la maniobra no permitió al piloto de atraque el tiempo suficiente para acostumbrarse a las condiciones imperantes, la posición, la velocidad, la tasa de giro y la posición/estado de los remolcadores.

La investigación de la compañía también descubrió que las órdenes de los remolcadores eran dadas por los pilotos en un idioma distinto del inglés. Esto tuvo el efecto de excluir al capitán, haciéndole menos consciente de la situación que se desarrollaba. Debido a esta falta de comunicación, el capitán no pudo utilizar eficazmente los remolcadores para controlar el balanceo del buque.

Lecciones aprendidas

  • En ocasiones, el hecho de que las órdenes de los remolcadores se den en un idioma local y no sean entendidas por el equipo del puente ha contribuido a un mal resultado. Hasta que no se solucione esta condición insegura, estos accidentes seguirán ocurriendo.
  • En este caso, la empresa decidió reforzar sus auditorías de navegación para comprobar el cumplimiento de los procedimientos de atraque mediante auditorías remotas de VDR y auditorías de navegación a bordo realizadas por auditores independientes.

ibemar.net

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