27 de mayo (Reuters) – Las prácticas de pesca comercial de Estados Unidos deben cambiar para evitar la extinción de las ballenas francas del Atlántico Norte, dijo el jueves el gobierno del presidente Joe Biden, mientras prepara una lista de nuevas regulaciones para evitar que las ballenas se enreden en los aparejos de pesca de langostas y cangrejos.
La evaluación científica de la unidad de pesca de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica es un hito en la finalización de un puñado de propuestas de reforma de los pescadores comerciales destinadas principalmente a reducir la cantidad de cuerda vertical en el hábitat de las ballenas.
La industria de la langosta, centrada en Maine, ha dicho que está dispuesta a hacer cambios para proteger a las ballenas si es necesario, pero argumenta que ha visto pocas pruebas de que sus artes sean las culpables de las muertes de ballenas.
Las ballenas francas del Atlántico Norte son una de las especies de grandes ballenas más amenazadas del mundo, con menos de 400 ejemplares. Se calcula que cada año mueren unas 20 en aguas estadounidenses y canadienses debido a los enredos en las artes de pesca y a las colisiones con los barcos, según la NOAA.
Estados Unidos lleva décadas tratando de proteger a las ballenas en virtud de la Ley de Especies en Peligro y la Ley de Protección de Mamíferos Marinos, y las autoridades canadienses también han impuesto restricciones a la velocidad de los barcos y otras medidas para protegerlas.
«A medida que la población de ballenas francas sigue disminuyendo, debemos reconocer que los esfuerzos anteriores no han reducido los enredos en la medida necesaria para satisfacer los requisitos de la ESA y la MMPA, y son necesarios esfuerzos adicionales para recuperar esta especie en peligro crítico», dijo la NOAA.
Añadió que las ballenas también son vulnerables a los efectos del cambio climático y a la exposición a la pesca, el transporte marítimo y otros peligros en zonas no reguladas del mar.
A finales del año pasado, la NOAA propuso nuevas regulaciones para los pescadores de langostas y cangrejos, incluyendo la exigencia de más trampas entre las líneas de boyas para reducir el número de cuerdas verticales en el agua, la adición de secciones de ruptura a las cuerdas para que las ballenas puedan liberarse si se enredan, y la restricción de las líneas de boyas en ciertas áreas durante la migración estacional de las ballenas.
Una portavoz de la NOAA dijo que la evaluación del jueves viene en apoyo de esas propuestas. Dijo que la NOAA espera finalizar esas normas a finales de este verano antes de comenzar la elaboración de nuevas normas sobre otras pesquerías.
